“Falta más cine sobre el valor familiar”: Mauricio Ochmann
Mauricio Ochmann interpreta a Rodrigo en Ya veremos, película de Pedro Pablo Ybarra que estrena el 2 de agosto, la cual aborda la historia de Santi (Emiliano Aramayo), un niño de padres separados que está perdiendo la vista y que tiene un plan para pasar tiempo con ellos. “Siento que nos hace falta este tipo de cine que habla sobre el valor familiar, de la importancia de ver a nuestros hijos y ver lo que quieren y lo que les pasa –dice Ochmann–. A veces ponemos prioridades por encima de nuestra familia. También habla de las relaciones, cómo de repente se acaban y no sabes por qué”.
Rodrigo es el papá cuya profesión como médico está por encima de todo, incluso de su familia, hasta que descubre la enfermedad de su hijo. “Lo profundo del personaje es el cambio que tiene, al estar ensimismado creyendo que hace lo correcto, de repente se da cuenta que la vida se le está yendo, incluso el hijo, y ya perdió al amor de su vida, es un revuelco de emociones. A mí me pegó en todos los aspectos”.
Para el actor, casado con Aislinn Derbez, la prioridad es su familia. Cuando elige un personaje, busca que este lo atrape y que realmente quiera contar la historia. Y él ha podido trabajar en cine, teatro y televisión. “Me siento muy afortunado de poder hacer las tres y de estar brincando del cine al teatro, del teatro a la tele y de regreso. Son distintas”.
Ochmann pone las diferencias así: “el cine es un poco más íntimo, como con más profundidad. La tele es más fría, más plana, vas como contrarreloj siempre, entonces se hace más rápido, hay que solucionar todo con rapidez; son muchas escenas en un día y tienes que estar muy alerta. El teatro está vivo, el teatro habla y es orgánico y no hay toma dos, no hay nada de que me equivoqué y puedo volver a hacerlo; en el teatro sientes al público y esa energía que va y viene y la misma obra puede cambiar dependiendo el público, dependiendo la energía y dependiendo el texto y ciertas cosas”.
Si tuviera que quedarse con una, dice, sería el teatro, “porque está vivo y porque es un animal distinto”. Para Mauricio, un actor debe tener “la disposición de entrarle a un personaje sin juzgarlo. Pero entrarle con todo. Siempre he pensado que uno como actor es la herramienta nada más y la tienes que poner al servicio del personaje, tanto la imaginación como la voz, como físicamente”.
Mauricio sostiene que la actuación es su pasión. “La verdad es que desde que tenía cinco años supe que quería ser actor y me motiva contar historias, y me motiva seguir y crear y es hasta como terapéutico, todas estas emociones y estas cosas que puedes hacer en la ficción y que puedes hasta exorcizar. Hay cosas que a lo mejor en la vida no harías, pero en ficción sí. Me encanta esa comunicación y aparte me apasiona”.