Mexicanos premiados en Venecia
El Festival Internacional de Cine de Venecia, el más antiguo de los festivales de cine del mundo (su primera edición fue en 1932), concluirá el 9 de septiembre. En esta edición, la número 74, Michel Franco, director de Las hijas de Abril, participa como miembro del jurado. En 2015, la cinta Desde allá, coproducción México-Venezuela en la que fue parte de los productores, obtuvo el León de Oro. Aquí te presentamos un breve recuento de las películas mexicanas que han sido premiadas en dicho certamen.
La primera de ellas fue Allá en el rancho grande, de Fernando de Fuentes, quien recibió una recomendación especial en la edición de 1938 por su contribución artística. Casi 10 años después, en la edición de 1947, Gabriel Figueroa se llevó el premio a la mejor fotografía por La perla, de Emilio Indio Fernández. Esta cinta ganó también el Gran Premio internacional.
Dos años más tarde, en 1949, Gabriel Figueroa volvió a recibir el premio a la mejor fotografía por otra película del Indio: La malquerida. Después de esta galardón, pasaron más de 15 años para que otra película mexicana obtuviera un premio en la llamada Mostra: se trató de Simón del desierto (1965), de Luis Buñuel, filme ganador del Fipresci, que otorgan los críticos, y el Premio Especial del Jurado.
El cine mexicano tuvo que esperar tres décadas para volver a tener presencia y ser reconocido en el Festival de Venecia, que forma parte de la Bienal de Artes de aquella ciudad italiana. Fue en 1996 cuando la película Profundo carmesí, de Arturo Ripstein, recibió un par de premios: al mejor guion, para Paz Alicia Garciadiego, y a la mejor contribución artística (escenografía), para Mónica Chirinos y Patricia Pecanins.
Luego, los hermanos Alfonso y Carlos Cuarón también ganaron el premio al mejor guión por Y tu mamá también en 2001, en la edición 58. La película, asimismo, se llevó la categoría de mejor actriz o actor emergente con los premios a Diego Luna y Gael García Bernal, sus protagonistas.
Y otros 15 años después, Amat Escalante se llevó al máximo galardón que otorga el festival a un director: el León de Plata, por La región salvaje.
En las secciones paralelas, La virgen de la lujuria (2002), de Arturo Ripstein (quien recibió un homenaje por su carrera en la edición 2015 del festival), obtuvo una mención especial del premio San Marco. La zona, de Rodrigo Plá, obtuvo el premio Luigi De Laurentiis, así como el CinemAvvenire, un premio por la paz, y el de la Ciudad de Roma como mejor película, en 2007.