10 peores villanos del cine mexicano
Elegimos solo a diez de los villanos más crueles del cine mexicano. La lista es mucho más larga, así que te pedimos que la amplíes con tus sugerencias a través de nuestras redes:
Ledo, el tuerto, de Nosotros los pobres
Es el antagonista de Pepe el Toro (Pedro Infante) en Nosotros los pobres y Ustedes los ricos (ambas de 1947). Es el hombre que asesina a la prestamista. Es él con quien Infante interpreta una de las escenas de pelea más recordadas en el cine nacional: quedan aislados del resto de presos en la cárcel hasta que Pepe lo obliga a gritar que es inocente. El ojo que pierde Ledo lo venga de forma cruenta. Fue interpretado por el michoacano Jorge Arriaga.
Don Pilar, de Nosotros los pobres
En Nosotros los pobres, primera parte de la memorable trilogía de Ismael Rodríguez, el problema de Pepe el Toro no era únicamente Ledo, sino también Don Pilar (un fabuloso Miguel Inclán). Se trata del padrastro marihuano de La Chorreada (Blanca Estela Pavón), el interés amoroso del personaje de Pedro Infante. Es Don Pilar por quien llevan a la cárcel a Pepe y es él quien, al no poder borrarse el recuerdo de la mirada de la madre (María Gentil Arcos) paralítica y muda de aquél, la mata a golpes.
Paco, el cinturita, de Salón México
El chihuahuense Rodolfo Acosta fue uno de los “villanos” más emblemáticos del cine nacional, pero fue el papel del proxeneta Paco, “El Cinturita”, en Salón México (1948), de Emilio “Indio” Fernández, el que lo consagró. Él era quien explotaba a Carmen (Marga López), una fichera del Salón México que con ese trabajo pagaba la escuela de su hermana menor. Cuando ganan un concurso de baile, él decide que no va a compartir el monto del premio con Carmen, pero ella se lo roba y él intentará recuperarlo a toda costa.
Don Regino Sandoval, de Río Escondido
En Río escondido (1947), del Indio Fernández, la joven profesora Rosaura Salazar (María Félix) viaja al poblado de Río Escondido con la misión, encomendada por el propio presidente, de llevar educación a los más pobres. Sin embargo, el cacique Regino Sandoval (espléndido Carlos López Moctezuma, villano con mayúsculas del cine mexicano) se opondrá a ello de forma vil, pues se ha apoderado del pueblo y sus habitantes.
Momia Satán, de Las Momias de Guanajuato
En 1970, el realizador Federico Curiel logró reunir a tres de los luchadores más importantes de México, Santo, Blue Demon y Mil Máscaras, para protagonizar Las momias de Guanajuato, en la que enfrentan a uno de los villanos más recordados del cine de luchadores: la momia Satán (Manuel Leal, quien se convertiría en el luchador Tinieblas), que despierta de la muerte para buscar venganza.
Conde Duval, de El Vampiro
Sin duda, Germán Robles tiene en el personaje del Conde Duval de El vampiro (1957), de Fernando Méndez, a uno de los villanos más recordados. Él busca seguir viviendo eternamente consumiendo la sangre de sus víctimas mientras vive en Las Ánimas. Ha encontrado en una de las tías de Marta (Ariadne Welter), a su cómplice. En tanto, ve en la inocencia de la joven su asidero para la vida eterna.
Anacleto Morones, de El rincón de las vírgenes
Anacleto Morones (El Indio Fernández) es un supuesto curandero que se aprovecha de todas las mujeres a las que atiende. Empieza a engañarlas con ayuda de Lucas Lucatero (Alfonso Arau), haciéndoles creer que hace milagros por lo que lo apodan el Santo Niño Anacleto. Hasta que la afectada es la esposa del gobernador y cae en la cárcel. El rincón de las vírgenes (1972), de Alberto Isaac, retomó personajes de Juan Rulfo para esta cinta.
Verónica, de Veneno para las hadas
Ana Patricia Rojo se convirtió en una de las villanas más emblemáticas por este papel en Veneno para las hadas (1984), de Carlos Enrique Taboada. Interpretó a Verónica, una niña de 10 años que convence a un solitario compañero de clase de que ella es una bruja y lo convierte en su asistente. Primero hacen cosas inocentes, pero luego lo que le pide va escalando en violencia y sadismo, incluyendo un asesinato.
Mamá Elena, de Como agua para chocolate
Es inolvidable este personaje encarnado por Regina Torné en Como agua para chocolate (1992), de Alfonso Arau. En la época de la revolución mexicana, ella es una madre controladora que tiene tres hijas y que ha decidido que la menor de ellas, Tita (Lumi Cavazos), no se puede casar y debe vivir para cuidarla. Incluso ya fallecida, su incansable espíritu no deja de fastidiar la vida de su odiada hija.
Capitán, de El Violín
Un tipo sin nombre al que solo conocemos como capitán, quien está al frente de un puesto del ejército que busca acallar un revuelta. Interpretado magníficamente por Dagoberto Gama, es un hombre calculador que busca ganarse la confianza de Don Plutarco (Ángel Tavira), un violinista cuyo hijo lidera a los rebeldes. De una forma bastante cruel el capitán le tiende una trampa. Es la historia de El violín (2005), de Francisco Vargas.
Y nos atrevemos a decir que Francisco (Poncho Herrera) en Amarte duele, también es de los más malvados del cine mexicano. ¿O quién no sufrió cuando Ulises grita desesperadamente el nombre de Renata?