El primer protagónico de Fernanda Castillo
Mientras estudiaba un curso en Argentina, Fernanda Castillo vio la película Corazón de León, de Marcos Carnevale. “Me encantó porque era una comedia muy divertida, muy bien llevada y muy inteligente que hablaba de un tema que podíamos entender todos: los prejuicios y la discriminación chiquita, que pensamos que no es dañina, pero está muy latente en cómo nos educaron. Pensé: ojalá se hicieran este tipo de comedias en México”.
Dos años después la llamaron para hacer su primer protagónico en cine: la versión mexicana de aquélla, Mi pequeño gran hombre (filmada hace dos años, antes de Una mujer sin filtro y Ya veremos), que estrena el 7 de diciembre. “Lo que me gustó mucho del personaje es que esta mujer se encuentra con alguien maravilloso pero que no está en el estereotipo de lo que ella imaginó como ese hombre maravilloso. Siento que es un poco como se siente el público porque te cuestiona: ¿yo sería capaz de estar con un hombre de esa estatura? ¿Soy capaz de romper las ideas que me indicaron de chico para poder ser feliz? Eso me pareció lo más interesante del personaje”.
Fernanda interpreta a Carla, una abogada divorciada que conoce a León, un hombre que encuentra el celular de ella y le propone una reunión para entregárselo. A Carla le parece cautivador aunque no puede superar que él mida 135 centímetros. Jorge Salinas, quien mide más o menos 180 cm, es el actor que interpreta a León, por lo que el trabajo en set no fue fácil.
“Fue muy complejo porque había que contar una historia de amor y no podíamos tocarnos la mano siquiera, por todo ese trabajo que se iba hacer para llegar al personaje de León del tamaño que tenía que ser. Era muy complejo por los puntos de vista, por las medidas que se tenían que tener para que todo quedara perfecto. Pero la verdad hicimos un gran equipo tanto Jorge Salinas, yo y todo el elenco y lo pasamos muy bien, a pesar de que escenas que usualmente se pueden rodar en cinco horas a nosotros nos llevaba todo el día. Tenían que estar midiendo literal cada centímetro de lo que se veía”.
Fernanda considera que su personaje tiene un cariz muy real. “Creo que así somos todos: de repente algo nos molesta pero nos han dicho que no lo digamos. Entonces le empieza a dar esta urticaria a ella porque no puede aceptar que está enamorada de alguien. Pero, además, Carla se cree fuera de la discriminación, se cree justa, pero está cediendo su felicidad por el prejuicio. Todo se lo va guardando hasta el momento en que tiene que tomar una decisión. Para mí era muy importante que no fuera obvia, sino que le pasara como alguien que tiene un conflicto y que tiene que manejarlo en este tono de comedia. Pero el conflicto es ella misma: lo que le enseñaron y lo que cree que está bien”.
Hacer comedia, dice Fernanda, le ha ayudado a reírse de sí misma por principio. “Creo que no solamente ayuda como artista, sino en la vida. Y después de hacer personajes tan dramáticos, tan intensos, que la gente me tuviera encasillada ahí, poder entrarle a la comedia, poder reírme de mí misma y explorar otra corporalidad, otras situaciones que por estar en comedia no tienen que ser tan realistas, me ha enseñado un montón a poder ser más versátil como actriz, en los tonos, en la manera de moverme, de crear personajes desde otro sitio. Me tiene muy contenta porque se vuelve como una resbaladilla de parque: a veces te vas directo y a veces no es tan fácil, pero se vuelve muy gozoso y llegas al público con mensajes, que pueden ser muy interesantes, por una vía más fácil. A través de la risa y del humor siento que muchas cosas de denuncia social y de la importancia de los valores se le cuelan a la gente en la película y los hacen cuestionarse. La comedia siempre puede llegar mejor”.
Para ella, ni el drama ni la comedia son más difíciles de actuar uno que otro. “Lo más difícil es tocar de verdad a un espectador. Que tu película, que tu personaje no solamente se quede en ese momento que estás viviendo en la pantalla. Si la gente sale preguntándose algo o sale aprendiéndose una frase que usa en su vida, o cambiando una idea que tenía o permitiéndose hacer algo, si los modificas, eso es lo difícil del arte. Como actores es lo que siempre debemos perseguir, agarrando el vehículo que podamos”.
Probablemente Fernanda regrese a hacer televisión el próximo año. Por lo pronto ya hizo dos películas: una de comedia y una de suspenso.