El Diablito habla de Mentada de Padre
A El Diablito le parece que Mentada de padre, filme en el que interpreta a Íker, uno de los cuatro hermanos Márquez Castillo que pelea por la herencia, “es una peli bastante arriesgada. Ya no digamos como público, sino también como actores, siempre te llegan proyectos que son ya comprobados, como la comedia romántica, pero en este caso era un guion que manejaba una comedia, de hecho en momentos, hasta absurda. Creo que ahí está la valía de la peli, que es arriesgada y es distinta”.
Entre esos elementos distintivos estuvo el hecho de que prácticamente los actores tuvieron que construir sus personajes sobre la marcha. “No tuvimos tiempo para los ensayos y de hecho nunca tuvimos un guion, no hay un guion que esté tal cual de principio a fin. Entonces como ejemplo Iker, el personaje que hago, estaba pensado al principio como un wey más neurótico, enojón, y más bien se fue armando de otra forma. Su misma ignorancia hacia el comunismo nos fue dando hasta cierta ternura, lo cual fue cambiando la dirección de Iker. En una escena tenía que llegar y regañar a las empleadas domésticas, pero dijimos que ya no cabía ahí, sino que tenía que ser el personaje de Osvaldo (Benavides) porque se empezó a ir más por ese camino. Y así de fuerte íbamos cambiando las cosas”.
Para El Diablito, a quien veremos en Tod@s caen, que estrena el 20 de septiembre, le parece que trabajar bajo las órdenes de dos directores (Mark Alazraki y Fernando Rovzar) no representó inconveniente. Por el contrario, “el hecho de que íbamos todos al mismo tiempo descubriendo la película como que les dio también a ellos, a nosotros de parte de ellos, esta libertad de proponer, improvisar y divertirnos. Entonces, fue bien curioso ir descubriendo la película no nada más nosotros como actores, sino también ellos como directores. Fue muy atípico el proceso de esta peli, pero así es la comedia. El resultado para mi gusto es muy bueno, es una película bien arriesgada, pero es distinta, diferente y eso es lo padre”.
Para él, trabajar en Mentada de padre fue como un sueño cumplido. “Mark, Fer y yo ya lo habíamos platicado, sobre todo con Fer, decíamos: es como un sueño cumplido, porque veíamos películas como This is the End (Este es el fin), en la que estás viendo a James Franco con Jonah Hill y Seth Rogen, y se ve que son puros amigos que se están cagando de risa haciendo esa película, se están divirtiendo y eso era lo que queríamos hacer. Y creo que se logra en la película porque logra proyectar que nos estamos divirtiendo haciéndolo”.
Mauricio Barrientos, su nombre real, no duda en decir que Mentada de padre “es la película que hasta el momento tengo más en mi corazón, que quiero como proyecto. No nada más por el hecho del resultado, sino por el hecho de haberlo logrado, es decir, que lo que queríamos hacer, lo logramos y lo hicimos con amigos: cagarte de risa y estar en el set improvisando, proponiendo, haciendo comedia todo el tiempo, eso creo que es priceless”.
Y para conseguir los resultados en esta comedia de situación con cuatro personajes confrontados, tuvieron que aportar cada uno desde distintos niveles a la situación. “Si ves toma tras toma tras toma, cada pendejada que se decía luego era distinta. En la primera toma decías una y en la otra ibas para probar a ver cuál pegaba”. Para conseguir que el hilo de las situaciones no se desfasara, “la filmamos cronológicamente, eso ayudó mucho también a que los personajes, así como los vas descubriendo en la película, así los íbamos descubriendo nosotros. Pero desde el día uno. De verdad, no hubo un ensayo, no hubo un solo momento en que nos viéramos antes de la peli. Todo fue en chinga, fue muy divertido desde que el primer día nos dejamos ir con todo”.
Y los cuatro actores que interpretan a los hermanos Márquez Castillo (además de El Diablito están Osvaldo Benavides, Mauricio Isaac y Antonio Gaona) se respetaron mutuamente. “Cuando le tocaba su momento a su personaje, lo dejábamos ser la punta de esa escena, y la siguiente venía el otro. Luego en comedia es difícil, y más en este tipo de comedias. Podría haber pasado que uno se metiera, que quisiera decir ese chiste. El respeto que hubo fue natural. Apoyábamos a cada uno en su momento para llevar bien la escena, nada más éramos como sus coristas en ese momento”.
Para Diablito, la escena que más disfrutó “fue el reto del tequila, las vomitadotas, porque era de qué estamos haciendo. Y la que menos yo creo que la cacería porque estábamos cada quien por su lado. Es cagado porque precisamente es la única en que cada quien está por su lado tratando de cumplir el reto. Entonces como que íbamos solos cada uno entre los árboles, llenos de espinas”.