Chava Cartas dirige Inquilinos
El ochenta por ciento de Inquilinos, dice Chava Cartas, era la locación. Por eso fue muy importante encontrar el edificio idóneo al que llegaran a vivir los personajes principales de este filme de terror que estrena el 2 de noviembre: Luzma (Danny Perea) y Demián (Érick Elías), quienes buscan superar sus problemas de pareja. Pero no encontrarán ninguna solución. Por el contrario, el departamento al que llegan tiene un pasado oscuro y situaciones extrañas enrarecerán el ambiente en que se desarrolla la historia.
Inquilinos se filmó en Guadalajara. La tercer vecindad que visitaron fue la que quedó como locación. “Dijimos: a esto no hay que hacerle nada. Las paredes estaban espectaculares, era como este verde raro. En los departamentos el director de arte tuvo que intervenir bastante, pero ya teníamos el cascarón y la vibra del espacio sí era fuerte, rara. Estábamos muy contentos con la locación y cumplió su cometido de convertirse en un personaje más en la historia”.
A Chava le pareció un reto cambiar de género, pues en cine se le ubica por comedias como Treintona, soltera y fantástica (la cual filmó de forma casi simultánea a Inquilinos). Le pareció que más allá de ser una cinta de terror, era una historia que valía la pena contar. Además de que Chava no solo ha dirigido comedia, sino también acción y drama en series como Rosario Tijeras o Señorita Pólvora.
Los guionistas de Inquilinos, cuenta Chava, “sacaron muchos documentos de donde se basaron para hacer la historia, por eso dice basada en hechos reales, con varias historias amarillistas como de embrujados y parejas. Ahí arrancó ese reto, un género muy difícil para filmar y para contar”. Filmarlo, sostiene, implica una concentración al máximo por parte de todos los implicados. “Debía estar muy pendiente porque no funcionaba si la cámara se movía antes o después o si los actores no se ponían en la posición correcta. Por eso requería mi concentración al cien por ciento cada vez que levantaba la cámara. Fue un proceso difícil, interesantísimo y lo volvería a hacer porque me encantó filmarlo”.
Y aunque la mayor parte de la historia ocurre en el departamento que comparte la pareja, un espacio pequeño, a Chava no le costó trabajo pues le gusta filmar en esa clase de espacios además de que tiene un método de trabajo muy riguroso. “Soy fan de filmar en lugares cerrados y pequeños. Sabíamos que llegaba a ensayar con los actores y que no había nadie más que Danny, Erick, el fotógrafo y yo. Nos sentábamos a platicar el trazo. Y ya que teníamos todo trazado, entonces Patrick le daba su ajuste a la iluminación, Antonio les ponía el micrófono y entonces hacíamos otro ensayo pero ya con el operador de cámara, la gente de sonido. Fue una disciplina importante hacerlo en lugares tan acotados”.
A Chava también le gusta la acción. “Con acción me refiero a efectos especiales, háblese de un balazo o de que alguien se tire de una avioneta. Me encanta eso y soy muy fan de hacerlos físicos, no en superproduccion. Entonces, cuando se le sube el muerto a esta mujer en la cama, me reúno con los de efectos especiales de Guadalajara, Alejandro Varela, un señor que lleva allí muchos años y tiene equipo, y se los pedí. Usamos unos gatos hidráulicos y unas cosas que jalaban y presionaban y succionaban, fue como logramos ese efecto. La sangre y esos detallitos me encantan porque me gusta mucho la acción y fue donde le eché muchas ganas: estar muy pendientes del maquillaje, de que estuviera bien hecho, que se creyera”.
Dice Chava que la película ha tenido buena aceptación y que tras el éxito de Treintona… ya no puede “dar pasos para atrás. Sin embargo estás expuesto a eso, es la magia que sucede cuando haces una película. Sale el 2 de noviembre y en enero estrena Mirreyes vs Godínez, una comedia de peso que es otro reto, porque era otro género importante que tenemos en el país. Estoy persignándome para que funcione y si pudiera volverla a hacer, la volvería a hacer igual, lo mismo que Inquilinos. Soy muy honesto en lo que hago y eso al final del camino debe dar frutos”.