“Chino” Rodríguez habla del Charro Negro
Es la cuarta ocasión que Alberto “Chino” Rodríguez dirige una película de la saga de Las Leyendas, probablemente el capítulo final de estas películas que, con el estreno de La leyenda del Charro Negro, ya suman cinco. Él ha estado al frente desde que Ánima Estudios compró los derechos de los personajes de Leo San Juan y compañía a Ricardo Arnaiz.
A lo largo de los años, dice el “Chino”, “nos hemos dado bastantes descalabros, pero justamente son los que te dan la experiencia y la capacidad para hacerlo cada vez mejor. Y sí se ve no solo en las leyendas, sino en otros proyectos que tiene Ánima. Yo cada vez lo veo y digo: ‘¿cómo llegamos a esto si seguimos siendo las mismas babas personas de siempre?’ Pero ahora lo hacemos bien. No sé cómo pasó”.
La leyenda del Charro Negro es la más oscura de todas las películas de la saga, pues ocurre prácticamente por completo en el inframundo, adonde va Leo a tratar de rescatar el alma de una niña inocente; la responsabilidad de que haya llegado ahí es, en parte, suya.
“Es una temática un poquito más oscura, no es tanto para niños. Yo lo que pienso es que el público está buscando algo más que una historia aleccionadora y moralina de que tienes que estar con tu familia, y el valor de la familia. Es importante, por supuesto, pero para mí es mucho más importante que el público quiera ir a ver la película, no que quiera aprender una lección moral, sino que el público se quiera entretener y emocionar con una historia”.
Para él, el Charro Negro es “un hombre muy bragado y muy rasposo y el contraste de que fuera un poco más dulce la voz se hizo padre, lo volvió un poquitito más humano. Y eso me gustó, no parece que sea tan malo. De inmediato te das cuenta que es malo, pero no sabes cuánto”.
–¿Qué tanto ha evolucionado esta serie?
–Espero que mucho. Yo creo que la evolución viene más desde la forma como contamos historias. La evolución viene de que somos el mismo equipo que llevamos trabajando durante 10 años, y después de este tiempo ya nos conocemos muy bien, ya somos una familia muy organizadita. Lo que antes era muy difícil para nosotros, ahora es muy fácil. La comunicación que tenemos, la estructura de producción que tenemos, la forma como cada quien trabaja, ya nos entendemos muy bien. Ya somos un buen equipo de futbol. Y creo que eso es lo que ha pasado con nuestro equipo en Ánima: tenemos los mismos presupuestos, tenemos los mismos tiempos, pero ya tenemos una experiencia adquirida muy grande. Y esperemos que podamos aplicar esa experiencia a otros productos y que siga esto durante mucho tiempo.
–¿Eso qué tan comprometedor es? Esa experiencia se tiene que notar en las películas, en cómo cuentan las historias, cómo animan.
–Quiero pensar que permea todos los procesos. Ya cuando estás después de tantos años, sí sientes un compromiso muy grande por la calidad, por lo que sea que eso signifique. Pues ves tus productos, ves lo que has hecho y dices: uy, mira cómo la regamos ahí, eso lo hicimos muy mal. Y muchas veces los errores que hemos cometido han sido causados por ignorancia. Cada vez somos menos ignorantes, entonces cada vez cometemos menos errores; esos se llaman aciertos. Yo sí lo veo como un responsabilidad porque creo que el público está esperando más cosas, y creo que el público mexicano se merece muchas más cosas.
–¿Cuáles son tus motivaciones para seguir haciendo animación y seguir contando historias?
–No sé. A mí, cuando era pequeño, me decían que podía llegar ser un buen cura. Entonces no sé por qué me metieron eso en la cabeza de que se puede ayudar a la gente y para mí ayudar es generar un poco de conciencia. En todas las películas que he hecho de alguna manera trato de que la gente, si es que hay un mensaje, no me gusta pensar en los mensajes, no lo veo así, nada más que la gente tome conciencia de ver el presente, de estar a su alrededor. Eso para mí es lo más importante: se escucha ñoño, pero es muy difícil y muy fuerte y para mí sí es muy importante. Desde mi corazón sí trato de decirle a la gente: despierta, a lo que sea que quieras despertar, pero despierta. Todas giran alrededor de despertar: siempre hago la misma secuencia, siempre es la misma película para mí.