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Gabriel Barragán Sentíes y su ópera prima

Gabriel Barragán Sentíes había trabajado con la productora Bh5 en diferentes proyectos cinematográficos. Fue segundo asistente  de dirección en Ya veremos, El habitante y Una mujer sin filtro; y segundo asistente en en Sacúdete las penas. En Hazlo como hombre tuvo una mayor participación en el guion y le dieron la oportunidad de dirigir una segunda unidad. A partir de esa experiencia le pidieron adaptar el guion original de En las buenas y en las malas. Cuando entregó su adaptación, a la que afinó detalles junto con Ángel Pulido, le dijeron que había posibilidad de que se convirtiera en el director. “Desde que entré en esto mi tirada y mi sueño siempre fue dirigir. Obviamente siempre uno piensa en dirigir algo suyo, pero cuando me llegó esta oportunidad dije por supuesto”.

 

A Gabriel le gustó que, en primera instancia, es una comedia romántica contada desde el punto de vista del hombre. En la mayoría, dice, la óptica es femenina y, “curiosamente, todo está como muy masculinizado, como que el hombre siempre aparece en una figura de galán, del fuerte, el protector, y en este caso específicamente lo que me gustaba de la historia original es que se veía desde el punto de vista del hombre, pero desde su fragilidad y vulnerabilidad”.

 

Y añade: “esa parte de romper esos tabúes, estas ideas del deber ser del hombre, de la fortaleza, de que tenemos que ser rudos, le aporta a la historia y al género, que creo que en México es el que más gusta. Pero de pronto nos perdemos en repetir ciertas fórmulas y creo que esta padre buscarle una vuelta. Es un género padre que me gusta mucho, y me gustó verlo desde otro punto de vista”.

 

Además de que la película tiene personajes satélites que tocan temas actuales, “como la aceptación de uno mismo, las etiquetas que le ponemos a la gente y como hay gente que las trasciende y puede generar relaciones personales sin necesidad de una definición”.

 

Haber trabajado con Alberto Guerra y Zuria Vega, esposos en la vida real y pareja en esta ficción, le funcionó muy bien. “Era mucho más fácil explicarles situaciones y meternos los tres en las situaciones de una pareja, sobre todo una pareja que ya tiene años trabajando en esa relación. Por ese lado entendían muy bien lo que yo quería expresar, y muy bien también cómo funcionaban las relaciones. Muchas veces durante el proceso nos ayudamos mutuamente en cosas que quizá uno no entendía tan bien como el otro y la verdad fue increíble trabajar con ellos. Son muy propositivos, trabajan mucho a sus personajes”.

 

A Gabriel le sorprendió gratamente la vena cómica de Alberto, quien interpreta a Sebastián, un hombre que tras varios años de relación le propone matrimonio a su novia, Valeria (Zuria), un poco incentivado porque esperan un bebé. “A Alberto suelen llamarlo para cosas de acción, para cosas más del hombre rudo, el malo, como en Ingobernable y en El Chema, donde hace papeles de matón. Entonces llevarlo a lugares donde fuera más sensible, más frágil, llevarlo a la comedia, que ya lo había visto en teatro, era un experimento que implicaba un riesgo, pero si funcionaba iba a cuadrar, a ser la pieza exacta. Y así fue. En ese sentido, creo que la apuesta suma también para el público, al ver caras nuevas en pantalla grande que normalmente están acostumbrados a verlos en televisión o en series”.

 

Alberto le pareció acertado desde el casting. “Tiene una comedia natural que no se por qué nadie había explotado, en sus expresiones, en su forma de hablar. Al mismo tiempo, Zuria tiene una naturalidad muy real, muy orgánica, en cuanto a ser esa chica que está buscando el camino para llegar lejos. Eso fue muy padre”.

 

En cuanto a los otros personajes, buscaron arriesgar y sacarlos de lo que esos actores normalmente interpretan, “pero al mismo tiempo darles oportunidad a caras que están creciendo y que surgieron no hace mucho y que creímos, los productores y yo, que eran una gran apuesta”.

 

Por un lado, ejemplifica, “Christian Chávez ha hecho mucho en televisión, pero en cine es su primera experiencia y fue una de las mejores sorpresas de esta película. Es de los personajes favoritos, igual que el de Omar Villegas, que nos hubiera gustado tener más escenas con él, lo que tuvo aporta a la película. También con Natalia Téllez pasó lo mismo, no había hecho cine pero es actriz de origen, estudió actuación, y apostamos para ver si la podíamos regresar ese camino y la sorpresa fue gratísima. La pasamos increíble en el rodaje, fueron participaciones muy divertidas. Todos, incluyendo al crew, hicimos un equipo de trabajo relajado, que se escuchaba mutuamente, que dejaba participar y respetaba el trabajo de los demás. Por ese lado, estoy agradecidísimo de haber trabajado con ellos”.

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