Los efectos especiales de Mi Pequeño Gran Hombre
Dice Jorge Ramírez Suárez que haber hecho Mi pequeño gran hombre fue un reto muy divertido e interesante, pues el protagonista, Jorge Salinas, mide 1.80 metros y el personaje que interpreta, 1.35. “Es un actor alto para el promedio mexicano y hacerlo más pequeño pues fue un reto en el set, con muchas técnicas que usamos tanto ópticas como de posproducción”.
De entrada, los demás actores no podían ni mirarle a la cara real precisamente por la cuestión del tamaño. O, de plano, a veces ni podían filmar la escena juntos. Como nos dijo Fernanda Castillo, no podían ni tomarse de la mano a pesar de que se trata de una historia romántica.
Las películas con efectos visuales son cada vez más comunes, dice Jorge Ramírez Suárez. “Hay muchas películas que la gente no sabe que se hacen con efectos visuales, como cambiar de época un lugar o hacer diferente una fachada de una casa. Por ejemplo, en Roma, de Alfonso Cuarón, hay muchísimos efectos visuales de cómo cambiaron las calles”.
En Mi pequeño gran hombre eso es más evidente, dice Jorge. “Es más obvio porque hay que hacerlo pequeño, y entonces todos los shots en los que está el personaje con otros actores tenemos que hacer cosas, efectos de todo tipo. Hay muchos efectos ópticos hechos en el set, pero también muchos hechos en posproducción, o una combinación de ambos, con efectos que hicimos modificando el tamaño de las cosas. Estuvo muy interesante para quienes hicimos la película, el tener que planearlo todo muy bien. Hicimos muchas pruebas, mucho trabajo de preproducción para saber exactamente cómo íbamos a hacer cada escena con muchísima anticipación y qué camino era: si óptico o digital, son cosas que uno tiene que planear muy bien”.
Por ejemplo, no siempre podían usar props en las tomas en que el personaje de León se encontraba solo, como podría suponerse. “Depende de las cosas si se pueden reproducir o no. La verdad, para mí el reto de todo esto es hacer convincente la historia y trabajar con los actores, que es algo que a mí siempre me interesa cuidar y que me gusta mucho”.
Entre las escenas más difíciles de trabajar se encuentran en las que hay interacción entre León y Carla. “Escenas físicas, de tocarse, besarse, etcétera, siempre eso va ser un reto en cualquier película que tenga efectos visuales. Y obviamente Hollywood con tanto dinero lo puede hacer, pues en una escena se puede gastar lo que cuesta hacer una película mexicana. En nuestro caso teníamos que planearlo muy bien y saber muy bien cómo sería esa interacción para saber de qué manera haríamos el efecto. A veces era más fácil a veces más difícil, pero siempre pensando que lo más importante es que todo se viera lo más realista posible”.
El trabajo de efectos visuales se hizo en México, “principalmente lo hizo Raúl Prado, quien es un muy reconocido jefe de efectos visuales de posproducción, y otra parte la hizo Oxido, la casa que hizo posproducción de la imagen de la película, que son los que han trabajado conmigo en Guten Tag, Ramón y en La gran promesa. Son de los mejores estudios de posproducción en México, hicimos un trabajo en conjunto también con Ricardo Garfias, el fotógrafo. Los productores, nosotros y el equipo en general teníamos que ir caminando muy de la mano para lograr que todo esto funcionara en términos de que el resultado se vea”.
Además, esta película implica confrontar al público con la imagen que tiene de Jorge Salinas, que finalmente es un actor muy conocido. “La imagen que tiene Jorge siempre es la del grandote, pero yo creo que ese es el reto de la película en cualquier versión que se haya hecho de ella: siempre vas a tener un actor para hacerlo más pequeño. Es como en el cine de Hollywood, que hace superhéroes o a actores parecer más viejos, como a Brad Pitt en Benjamin Botton. Creo que siempre es un reto hacer algo así porque el actor se va a ver siempre diferente de su imagen, pero ese es el chiste, y ademas creo que Jorge lo hizo muy bien y le imprimió una característica muy especial al personaje y la combinación con Fernanda es muy afortunada”.
“Para mí –dice Jorge Ramírez Suárez– fue muy interesante hacer Mi pequeño gran hombre porque había hecho películas con efectos visuales y había hecho cosas en la publicidad con efectos visuales, pero una película con tantos efectos visuales no. Eso fue muy interesante”.