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Martha Higareda como productora y guionista de Tod@s Caen 

Cuando Martha Higareda produce una película, le gusta involucrarse en más de un proceso. En el caso de Tod@s caen también es protagonista y guionista. A ella se le ocurrió la historia a partir de una experiencia personal de cuando no tenía novio. “Conocí a un chico que se me hizo muy buena onda y sobre todo muy divertido. Y me dijo dos o tres cosas que dije ‘wow, qué padre chavo’. Me trató superbien, superpadre, superatento. Y de repente me lo topé en un bar, y él no se dio cuenta que estaba justo a sus espaldas, y él estaba con otra chava y le estaba diciendo las mismas cosas que me había dicho a mí un mes antes. Ahora somos amigos, pero este chavo es superestratega, y entonces, como nos volvimos amigos, le pedí que me contara sus historias. Ahí se me ocurrió la historia, pero dije: debe haber la versión femenina de esto, no solamente hay chavos que son así, también debe haber mujeres. Y siempre es jugar con esta lucha de poderes”.

 

 

Pero más allá de las estrategias y de esta lucha, en el fondo, dice Martha, se trata de “la historia de dos personas que han sido lastimadas en su corazón y que crearon esta historia bajo su caparazón en donde se esconden bajo el rollo de yo no me voy a enamorar; al contrario, voy a hacer que se enamoren”. De lo que se trata la película, entonces, es de cómo Mía (Martha) y Adán (Omar Chaparro) salen de ese caparazón.

 

 

“Y es importante entonces que estén rodeados de personajes que hablen de lo que están hablando la historia, como el personaje de Sam (Miri Higareda), que es como la voz de la razón. Al estarlo escribiendo, me fijaba en que cada diálogo de Sam fuera muy cierto, muy neto, que fuera la persona que le estaba diciendo a Mía te estás enamorando, ¿a quién estás tratando de engañar? Y en el caso de Margo (Claudia Álvarez), es la voz del corazón. Entonces siempre trato de rodear al personaje protagónico con estos personajes que lo hacen abrirse al amor verdadero”.

 

 

A lo largo de la película ocurre una transformación de los personajes. “Empieza con los personajes hablando a cámara y diciéndote todas las estrategias y al mismo tiempo empieza a crear una relación con la audiencia, a través de la cámara, en donde ya no son estrategias, sino que el personaje ya está abriendo su corazón y se vuelve una confesión. Empieza como un consejo y se transforma durante la película en una confesión”. 

 

Para que esa narrativa funcionara, sostiene, el director argentino Ariel Winograd trabajó cercanamente con el fotógrafo Juanjo Sarabia. “Lo que Wino quería, y creo que lo logró, es contar la historia lo más natural posible. El lenguaje, como hablamos los actores en la película, los diálogos, la actuación y la manera en que la fotografía está hecha es una forma de decir sí claro, contamos esta historia que puede ocurrir hoy en cualquier parte”.

 

 

El hecho de que el personaje de Mía trabaje como productora de televisión y que lo que la motive en un inicio sea conseguir un programa en el cual poner en práctica sus estrategias de conquista se debe en parte a que es un mundo que Martha conoce bien. “Y también porque creo que la televisión, el cine, son superinfluenciables para que creemos los conceptos que creamos en la vida en la gente. Creo que en el caso muy específico de Mia necesitaba ponerle una gran ambición, el por qué ella iba ir y conquistar a este personaje y generar sus estrategias. La razón que ella quería lograr era tener su programa de televisión. Entonces creo que empataba muy bien con toda la historia, y además ella tenía que tener un momento muy vergonzoso, porque los personajes se equivocan, y ella se equivoca y entonces qué más vergonzoso que vivir ese momento a nivel nacional en televisión”.

 

 

Cuando se le pregunta a Martha por qué las historias que escribe son comedias, ella dice: “Inició primero como un ejercicio. Yo me fui a Estados Unidos en 2009 a tomar clases de guionismo, porque a mí me gusta escribir. Y lo que me empezó a ocurrir es que lo que yo escribía era comedia, esa es la realidad. Entonces cuando vine a México hice Te presento a Laura y después Cásese quien pueda. En ese lapso de tiempo, como de año y medio, salieron No se aceptan devoluciones, Nosotros los Nobles y Cásese quien pueda, que fueron los éxitos más fuertes de ese momento, que marcaron el giro del cine mexicano de irnos más hacia la comedia, pero en realidad no fue premeditado en mi caso ni nada, sino que cada que me siento a escribir algo, lo que me surge como escritora es comedia”.

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